Por eso invitamos a los abuelos de los conejos a compartir su cariño y
alegría con todos nosotros.

Nos estaban esperando en el salón comedor para jugar y armar una ronda…
la de los “conejos”…

Luego la Señorita nos contó que armaríamos un títere…
Así comenzamos…



¡Cómo trabajaron esa manos..!




Quedaron preciosos!
Ya habíamos compartido juegos, rondas y manualidades, sólo nos faltaba
compartir el desayuno…


